Por supuesto no puedo renunciar a mi trabajo, pero si puedo dejar de hacer algunas de las actividades que realizo después de mi trabajo.
Hoy renuncie a dirigir un movimiento espiritual, que estoy seguro es muy importante para ayudar a muchas almas a encontrar a Dios, pero que no tenia el tiempo para hacerlo. Lo deje organizado y con objetivos claros para que funcione un año. Estoy seguro que Dios mandara a otras personas a liderar esta hermosa misión. Me siento feliz de mi decisión.
Creo que todos llegamos a distintas etapas de nuestra vida donde debemos tomar decisiones que no son fáciles, pero que son importantes para vivir bien. Sobre todo en la vida espiritual, podemos caer en la trampa de un activismo en obras buenas, que te llevan a estar tan ocupado que no tienes tiempo para lo que es mas importante: orar, familia, trabajo y apostolado. Todo esto hecho con valores cristianos y ofrecidos a Dios.
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