Cuando tuve la fortuna de viajar a Nueva York hace unas semanas atrás, pude ver las noticias locales llenas de información sobre uno de los mineros chilenos rescatados y que correría en esos días la maratón de esta ciudad.
En las múltiples entrevistas que dio Luis Peña, explico que mientras quedo encerrado bajo casi un kilometro de profundidad, estuvo trotando para mantenerse positivo y con esperanza. Al ser rescatado, tuvo el deseo de correr una maratón y fue invitado por la ciudad de NY para que sea allí donde cumpla el sueño de este hombre tenaz.
Quiero regresar aun mas en el tiempo al momento del rescate de estos mineros. Cuando transmitían el evento en vivo desde Chile, yo estaba en el Zamorano en Honduras. En ese momento nunca pensé lo que Dios permitiría semanas en el futuro cercano. Para mi sorpresa cuando estaba regresando de NY a Quito, en el mostrador de LAN justo un par de personas adelante mío estaba Luis Peña.
Yo no soy el tipo de persona que le gusta pedir fotos o autógrafos a nadie. Pero la verdad es que me conmovió mucho ver a este personaje que había superado tan grande adversidad en su vida y que tuvo en coraje de correr una maratón pocas semanas después de su rescate. Así que le pedí que se tome una foto conmigo.
Mientras mi amadisima esposa nos tomaba la foto le agradecí y le conte que era de Ecuador y que esperaba que Dios le bendijera mucho en su vida. Le gusto cuando le dije que Dios le bendiga y a eso el respondió con amabilidad que deseaba lo mismo para mi.
Dios es grande y tiene muchas sorpresas en la vida de cada uno de nosotros. Lo importante es estar atento para que no pasen desapercibidas.
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