El domingo pasado comí una paella que estaba muy rica. Era el almuerzo en casa de mis papas y la pasamos muy bien en familia. Siempre es una bendición el poder disfrutar a los papas y hermanos.
Bueno, en esa tarde de buena compañía y comida, yo fui el premiado de toda la casa! Fui el ganador! si yo fui el afortunado que se comió el camarón langostino o alguna cosa que me intoxico.
Bueno, todos sabemos que esto puede pasar, pero nunca me había dado una infección intestinal de tal magnitud. Los escalofríos con fiebre y ...... fueron terribles.
Mientras mi amadasimima esposa me llevaba al hospital a las 2 de la mañana, le pedía a Dios que tenga misericordia de aquellas personas que están por todo el mundo con enfermedades terribles y que no pueden acceder a servicios médicos hospitalarios. Muchos incluso mueren con enfermedades muy simples, pero sin el tratamiento adecuado. Esta reflexión se intensifico mientras los doctores de emergencia me daban todo tipo de atención y medicamentos.
Verdaderamente la salud en una gran bendición y debemos valorarla. Pero si te enfermas, que importante es el poder ofrecer ese dolor y malestar a Dios.
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