Estos últimos días esta lloviendo mucho en Quito. Las mañanas esta frías y generalmente en la tarde y noche llueve mucho.
A mi personalmente me gusta cuando llueve. De alguna manera parecería que todo se estuviera lavando y limpiando. Estoy seguro que las plantas y los arboles están contentos con el agua que sacia su sed. También las personas que siembran en estas épocas necesitan el agua para que sus productos crezcan buenos y grandes. En muchas partes donde generalmente falta el agua para consumo humano deben de estas muy contentos que la pueden recibir de Dios y tomar gratuitamente.
Sin embargo, no todo es felicidad en estos inviernos. Existen muchas personas en Quito que viven en condiciones muy pobres y que esta lluvias deben de ser un verdadero dolor de cabeza. Mucha gente ha hecho sus casas en laderas y corren el riesgo de que tengan una movimiento de tierra y pierdan sus vidas. La necesidad los ha llevado construir casitas con cuatro palos y sobre el piso de tierra. Allí en esas condiciones he podido ver como crecen niños inocentes que no tienen vacunas o atención medica básica y a veces no siquiera alimentos.
En esta época de navidad, nos debemos sentir invitados por Jesús a disfrutar de momentos felices entre familia y amigos, pero también debemos recordar que existen muchas personas que necesitan de nuestra solidaridad.
Ojalá que vivamos esta navidad bien confesados de nuestros pecados y con la alegría de haber servido a muchos niños pobres con amor.
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